por Johan Manuel Marquez ,quien se desempeña como Músico Percusionista.
25-04-2018 Apertura De La Unidad
De Manifestaciones Tradicionales Venezolanas proyecto del Grupo Estable de Fundecem perteneciente a la Unidad de artes Escénicas de la fundación para el desarrollo cultural del Estado Mérida.
Unidad de Manifestaciones Tradicionales de la Fundación para el Desarrollo Cultural del estado Mérida, desde donde se busca rescatar manifestaciones Tradicionales, y también fomentar su estabilidad en el tiempo y en la memoria
colectiva del Merideño.
El evento se aperturo con un representación
de las manifestaciones
indígenas del estado Mérida
Específicamente de los indígenas
asentados en la gunillas estado Mérida.
Está representación se realizó basada en una vieja tradición, que viene desde los indígenas, al celebrar con bailes y música de la llegada de las lluvias. El rito original, llamado la Bajada del Ches (El Ches era el Dios de las lluvias), consistía en una procesión en las cercanías de la laguna, donde danzaban los indios, con las caras pintadas de achiote y cubiertos de pieles. Danzaban al compás de las maracas, las chirimías y los tambores, recorriendo los pueblos, según nos cuenta Julio César Salas investigador. En la actualidad el baile ha sufrido las transformaciones propias, al entrar
en contacto con la cultura española.
La historia de este pueblo, muy rica en cuanto a los acontecimientos que allí se dieron, se remonta en el pasado a una civilización indígena bastante organizada de hombres y mujeres que se asentaron en estas tierras en el siglo V a. C. Sus habitantes vivían de los frutos del maíz, yuca y otros cultivos. Eran hábiles agricultores y empleaban técnicas avanzadas como el uso de las terrazas de cultivo en las laderas empinadas y la construcción de depósitos de agua o Estanques, llamados kimpúes, para alimentar a los sistemas de riego. Hacia la parte sur del poblado, en Llano Seco, se han realizado excavaciones donde se han encontrado los restos de la antigua civilización.
Vivían en paz y armonía con la naturaleza, respetando al medio ambiente. Eran la gran nación de los Jamuenes que incluía las tribus timoto cuicas de los Quinaroes, Orkases, Mucumbús y Mocollones.
Como en casi toda Latinoamérica, en Lagunillas, la anterior población indígena fue mestizándose al mezclarse con los españoles y personas de otras nacionalidades durante 500 años, hasta ser la población de hoy, incrementándose con el tiempo a pesar de hechos como la Guerra Federal y, sobre todo, la emigración convertida en éxodo rural con el descenso de la producción del café en el siglo XX.
En Lagunillas la cultura es rica con variadas celebraciones, leyendas y otras manifestaciones folklóricas o culturales.
Posteriormente se el grupo Estable de la fundación para el desarrollo cultural del estado Mérida
‘’Son Tradiciones’’ Dio Una muestra de música tradicional venezolana finalizando
Con una Muestra de la Manifestación de los Giros de San Benito Realizada en Mucuchies
Estado Mérida.
San Benito de Mucuchíes
Mucu es una palabra del acervo indígena, compuesta por dos raíces: "Mu" y "Cu", cuyo significado se presta a confusión al considerarse una palabra simple. No es la intención hacer un breve tratado etimológico, sólo que en nuestro rico castellano de este lado del Atlántico, las palabras juegan con múltiples sinónimos que se pierden en el tiempo, y nuestro gentilicio evoluciona dándoles matices propios.
"Mu" se deriva de lenguas del tronco étnico Chibcha, grupo étnico que ocupaba parte de lo que en Suramérica conocemos como la Cordillera de los Andes, de la cual forma parte la Sierra Nevada de Mérida, que recibe su nombre del Estado o Provincia en donde este sitio geográfico se ubica, desde la cual arranca esta crónica.
Este prefijo "Mu" en su interpretación más antigua, significaría "la tierra sagrada", "la tierra de los antepasados". Los labriegos de esta zona acostumbran a decir a quienes preguntan sobre el origen de "Mucu", que significa la "tierra bonita" o "tierra hermosa de los antiguos". Respecto al sufijo "Ku", el mismo haría referencia a todo parentesco que se establezca por la línea materna, esto conforme al dialecto Tunebo (otra etnia que poblaba nuestra América andina) y que para la época en que los llamados conquistadores hispanos llegaron al país, en el español de este tiempo histórico se desconocía el uso de la letra K, con lo cual la palabra se escribirá en realidad como "Cu".
Mucuchíes es una población ubicada en el Estado Mérida, es la capital del Municipio Rangel de dicho estado, situada dentro de los límites geográficos del Parque Nacional Sierra Nevada.
Este poblado tiene una tradición de ser una región que se autoabastece con sus productos agrícolas, donde predomina la actividad de siembra y producción de distintas frutas y hortalizas, destacando el cultivo de diversos tipos de papas, con variedades cuyo uso en la cocina y para la distribución masiva al resto del país, sigue siendo una actividad agrícola pujante, pese a que las condiciones de la siembra y cosecha en otras ramas alimenticias de otras regiones de Venezuela, han sufrido desmedro y calidad.
Como
toda región geográfica, en donde la vida productiva transcurre en torno
a los productos de la tierra, su tradición folclórica gira en más de un
sentido, en torno a celebrar y agradecer la generosidad de los frutos
obtenidos en cada estación, pero en este caso con un sincretismo
religioso, en donde las figuras del panteón católico se enlazan con
prácticas heredades de las etnias que alguna vez poblaron las altas
montañas, y logran mostrar a propios y extraños una manifestación
cultural que ya lleva muchos años de tradición, dentro del calendario de
las festividades religiosas tradicionales de nuestro país.
En
Mucuchíes, pese a que la irrupción del inevitable urbanismo dentro de
la dinámica campesina de sus habitantes, le ha dado aportes de
modernidad a las relaciones humanas y comerciales, siguen conectados a
todo lo que preserve su ancestral modo de vida, y la relación con la
naturaleza que los rodea. Perviven en ellos un gran sentido de
pertenencia a la tierra, una conexión que sus antepasados establecían
desde lo divino, mostrándolo en una veneración que daban a los elementos
primigenios de la naturaleza (agua, tierra, aire, fuego) a los cuales
se debían su supervivencia, y con preminencias son considerados y fueron
venerados: El Sol como una divinidad a quien identifican con el nombre
de Ches, figura solar también conocida como Dios Sol, Páramo o Arco; el
Agua manifestada en los manantiales, lagunas y ríos abundantes, las
piedras a quienes se ve como guardianes de los espacios naturales,
vigilantes en medio de la naturaleza virgen, las formaciones rocosas que
abundan en esa zona se consideraban la influencia benéfica, protectora
para cada siembra que se emprendía. A cada uno de estos elementos, se
les atribuía (aún muchos lo creen), una influencia mágica en la
existencia propia y a quienes se ofrecía ofrendas, los mismos vegetales y
demás frutos del campo, para agradarles y mostrarles gratitud por la
generosidad de la cosecha que se ha obtenido.
Producto
de esta exposición de creencias y costumbres, a medias religiosas, a
medias paganas, fenómeno que se evidenció con más fuerza con la llegada
de los españoles a lo que luego se conocería con la denominación del
Nuevo Mundo, los ritos y tradiciones ancestrales se fueron
transformando, recibiendo aportes de la religiosidad y el imaginario
europeo. La nueva doctrina cristiana busca suplir las creencias
originales de las poblaciones aborígenes, para conformar una nueva
sociedad que se alimenta y estructura como producto de ese intercambio
de paradigmas. Es así como van naciendo nuevas formas de venerar a los
antiguos dioses a través de las nuevas divinidades cristianas.
La Fiesta de San Benito
Orígenes de un culto popular
Dentro
de la amalgama de fiestas religiosas con un marcado matiz folklórico,
de carácter tradicional, destaca en todo el Páramo Merideño, que es como
se conoce coloquialmente esta región, la denominada Fiesta de San
Benito de Palermo o Los Giros de San Benito, que se celebra los días 29 y
30 de Diciembre de cada año. Esta festividad es la principal dentro de
un calendario de celebraciones religiosas, que abarca todas las
Navidades y que culmina el 6 de Enero
del siguiente año.
La
devoción al Santo de Palermo es de vieja data en Venezuela, y se
remonta al dato biográfico en que se hace mención a San Benito como hijo
de esclavos.
Cristóbal
y Diana eran los nombres de sus progenitores, quienes servían a un
viejo rico terrateniente italiano. Preocupados los padres del futuro
santo, pues no querían que sus hijos heredaran su condición, le dirigen
esa súplica a su dueño y este compadecido de ellos, les promete que al
menos el primero de sus hijos no sería esclavo, siendo así que Benito
trabaja y vive como un pastor y agricultor libre, hasta que ingresa a la
Orden Franciscana, en donde se desempeña como cocinero (dato que
explicaría el que en la zona de Mérida se mantiene en las cocinas una
imagen del venerado santo, como garantía de que el alimento no faltará
nunca en cada hogar). Según cuenta la historia, se ganaba la simpatía de
todos por su sonrisa y sus dones para la oración, hasta que muere en la
ciudad siciliana de Palermo en el año de 1589, donde es venerado hasta
el día de hoy.
Otra
versión hace a Benito hijo de un esclavo africano y de una reina blanca
(siciliana para más señales) y en una tercera pero no menos colorida
versión local, se sostiene que "San Benito era blanco, que había pedido a
Dios que lo ennegreciera para escapar de la tentación de la mujer".
Antecedentes de la llegada de una devoción religiosa
a América
a América
Su culto llega a nuestro país a principios del Siglo XVII, cuando los dueños de las plantaciones, en su mayoría cafetaleras, empezaron a interesarse en el tráfico de esclavos, trayendo por primera vez a Venezuela a 300 esclavos, ubicándolos en la región costera del Lago de Maracaibo, denominada Gibraltar. Era un grupo heterogéneo que provenía de distintas regiones de África, que se dedicarían a la labor del campo y de toda la actividad similar de trabajo. Con el fin de asimilarlos más a la tierra a la que habían sido llevados contra su voluntad, y desde que empezaran a cristianizarse, se les permitió incorporar sus ceremonias tradicionales a los rituales cristianos, y también ritos indígenas, como la costumbre de danzar ante las imágenes sagradas y sacarlas del templo en procesión.
Otro
ejemplo claro de la presencia de la cultura africana, relacionado con
el culto a San Benito, se manifiesta a lo largo de la zona costera
venezolana, donde se aglutina el mayor grupo de afro descendientes, y
cuya devoción al santo de color se acompaña con la música de los
tambores africanos llamados Chimbangueles o Chimbangles. Los
Chimbangueles son siete tambores de distintos tamaños, que toman su
nombre presuntamente de una región del continente africano, ubicada
entre África Ecuatorial y Angola. Esta celebración de la costa
venezolana, difiere de la que se celebra en la región andina, porque la
música que predomina y acompaña a la festividad en Mérida, proviene de
instrumentos de cuerda, tales como el violín, la guitarra y el cuatro,
un descendiente americano del laúd europeo. La percusión en este caso,
queda reducida a un papel secundario.
La celebración de San Benito y sus etapas
Las Novenas
El
20 de Diciembre empiezan las llamadas "novenas" que tendrán lugar en
las capillas y casas de devotos de las aldeas y pueblos aledaños a
Mucuchíes. En medio de cánticos y rezos culminarán el día 28 de ese
mismo mes. Funciona toda esta logística organizada a través de las
Cofradías ( también llamados Gobiernos, que se asemejan a la estructura
jerárquica de las sociedades o gremios de la Edad Media), una en cada
caserío o poblado bajo la figura de la Junta auxiliar, ubicadas en los
pueblos de Misintá (la más grande y organizada, sitio donde se encuentra
la Capilla de San Benito), Mocao, San Rafael de Mucuchíes, La Toma, El
Pedregal, Mitibibó, La Mucuchache, Apartaderos y la Asomada, en cada
junta una persona queda encargada de pedir una limosna a personas
particulares, entes públicos, comercios. Una limosna con la cual se
sufragarán los gastos de la celebración y para obras de caridad. Las
contribuciones en su mayor parte provienen de las personas que habitan
en esas comunidades, los miembros de las sociedades y comerciantes de la
zona que de buena voluntad dan su aporte para la preservación de esta
tradición que tanto prestigio da al municipio donde se celebra.
La Fiesta en desarrollo
Comienza
el 29 de Diciembre a las 3:30 a.m. con la ceremonia llamada " el
rompimiento", que al toque de trompetas de una banda de guerra se
encarga de despertar a los soñolientos vecinos, anunciando el comienzo
de la gran celebración.
La
distintas sociedades de los caseríos y pueblos salen en marcha desde
sus respectivos lugares de origen, para encontrarse en la Capilla de San
Benito de Palermo, la cual se encuentra enclavada en el hermoso Valle
de Misintá, que toma el nombre del poblado que allí se ubica cuyos
nativos han tradicionalmente encabezado este cortejo festivo.
Los
capitanes de cada aldea participante dan parte al llamado Segundo
Capitán de Misintá (no olvidemos que como dijimos al inicio de esta
crónicas se sigue un orden jerárquico, que nos hace recordar que también
esta fiesta sanbenitera esta ligada a los inicios de la Guerra de
Independencia de Venezuela). La máxima autoridad es una persona de edad
que se llama Mayordomo quien además encabezará la marcha.
En
sus inicios sólo podían formar parte de esta sociedad los hombres, con
el tiempo las mujeres también pasaron a formar parte de la fiesta, dando
origen a la Sociedad de Mujeres, quienes participan con vistosos bailes
y en cuya indumentaria predominan los colores rojos y el blanco.
Los
hombres que componen la marcha, con la excepción del Mayordomo, el
presidente y vicepresidente de la Sociedad, los capitanes, abanderados y
el espuntero, así como los miembros de la Banda de Guerra y de la
Brigada de Orden, se untan los rostros con una mezcla de hollín, aceite
de almendras y vaselina, ennegreciéndolos para asemejarse a su patrono, e
igual en el caso de las damas. Reunidos todos los socios, el llamado
Abanderado realizará ante la imagen de San Benito como tributo, una
serie de ágiles y hermosos movimientos con la bandera, siendo denominada
esta suerte con el nombre del Juego de la Cruz, luego a lo largo del
recorrido de la bajada de Misintá a Mucuchíes, repetirá este ritual, lo
cual exige una gran fortaleza física y buenos reflejos de la persona que
los realiza. A su vez el "Espuntero" realiza distintas maniobras con el
"Espuntón", una especie de vara con punta afilada y con forma de cruz.
La
bajada hasta Mucuchíes de todos los marchistas y devotos que van
incorporándose a la procesión a lo largo del recorrido, va acompañada
por el retumbar de la pólvora que viene de los trabucos de la
"Artillería", hombres vestidos de negro, con el rostro pintado de negro,
con pequeñas capas en los hombros y sombreros adornados de colores
alegres y llamativos, con un ruido ensordecedor que no dejara de oírse
hasta el momento en que comienza la liturgia en el templo religioso más
importante del municipio: La Iglesia de Santa Lucía de Mucuchíes.
Los Giros
Previo
a la entrada en el templo, la marcha que la forman además personas que
portan réplicas de la imagen del santo y que desfila por las calles del
pueblo, donde se puede observar el portal de cada casa, engalanado con
un pequeño altar donde veremos siempre al patrón de la fiesta, flores de
toda variedad y pequeñas ofrendas tales como frutas, velas blancas
encendidas y la alegría de los vecinos que celebran con sus mejores
galas ese día.
El
recorrido de las calles lo acompañan los Giros de San Benito, cuyos
bailarines van vestidos de colores estridentes en donde predominan el
azul, el rojo y el amarillo, formada esta vestimenta con cintas de seda,
tocados con gorros con semejantes coloraciones, que van tocando una
maraca (especie de sonajera) con la mano izquierda mientras empuñan un
bastón con la derecha. Hacen chocar sus bastones y golpean con ellos el
suelo, educando una complicada danza a lo largo del trayecto.
Llegan los danzantes a las puertas de la Iglesia en donde cesa la algarabía y todos se disponen a escuchar con devoción el oficio religioso principal. Finalizada la misa solemne, todos los participantes en esa ceremonia participan en la procesión con la imagen venerada a la cabeza, la cual da la vuelta al pueblo, con más música y retumbar de pólvora, en un ambiente entre profano y sacro, en el que la danza de los negros guerreros pone una nota distintiva. Por su parte las mujeres que componen la Sociedad que las agrupa ejecutan sus bailes típicos tales como el Teje del Sebucán y el Baile
de la Amistad.
Todo finaliza cuando llegan a la Plaza Bolívar, en donde le
rinden homenaje a todas la personas y organizaciones que colaboraron para el
éxito de las festividades y cada aldea se despide acompañada por los compases
finales de la Banda de Guerra, hasta el próximo año en que volverán a
encontrarse para celebrar juntos esta fiesta.
Esta celebración está plena de significados arquetípicos en
donde lo religioso, lo mágico, lo festivo y lo bélico, se entretejen, evocando
un pasado lejano, haciéndonos partícipes de resonancias ancestrales, que nos
transportan en el tiempo y espacio a los momentos del nacimiento de nuestra
singular idiosincrasia, llena de matices étnicos y culturales, fruto de
encuentros y desencuentros, pero con un tesoro que seguimos descubriendo en la
espiritualidad y laboriosidad de los hombres que han vivido y siguen presentes
en esta tierra de gracia.
Los orígenes de la palabra son un tanto llamativas. Para algunas personas, la palabra merengue proviene la palabra francesa “meringue”, un dulce hecho de las claras de huevo batidas y azucar. Sin embargo, esta mezcla se llama suspiro en Venezuela. Hay un vínculo más fuerte con un baile popular de Haití con ese nombre. Otra teoría relaciona es que el nombre proviene de palabras africanas como "muserengue" o "mouringue tamtam".
En Caracas, el término se designa como un merengue rucaneao que es una forma de bailar en la celebración de las parejas y, a menudo con exagerados movimientos de cadera, paso que le sumo una posterior controversia, ya que era considerado por los conservadores de entonces como una manifestación vulgar. Tal vez por lo acaramelado de su nombre, por la impudicia de sus letras o por la forma de bailarlo, que requería ciertos movimientos acentuados de las caderas y un acercamiento muy estrecho de la pareja. El nombre rúcano proviene de una golosina gelatinosa hecha con tuétano de vaca y meladura de azúcar cuajada en forma cónica (papelón).
Los bailes eran pagados en asuntos, con precios muy populares, como "una locha" (12,5 centavos) o "un medio" (25 centavos) en las salas de baile conocidos entonces como mabiles (prostíbulos donde se bailaba y se tomaba). Este ritmo de compás mocho, penetró el gusto de los caraqueños que habitaban en parroquias como San Juan, La Pastora o San José y fue ganando espacios más allá de los ya conocidos mabiles.
El acompañamiento en vivo constó de cuatro instrumentos de solo: trompeta, trombone, saxófono y clarinete e instrumentos de ritmo como el cuatro, bajo y percusión (que, dependiendo del tamaño del conjunto, podría ser tan simple como un guira, la incorporación de maracas e incluso una caja de batería).
Esta forma musical tuvo su mayor auge entre 1920 y 1940,1 gracias a los «cañoneros» como eran conocidos aquellos músicos que sacaron el merengue de esos locales nocturnos y lo llevaron a las plazas y los templetes en épocas de carnaval y otras celebraciones populares, recorriendo las calles acompañados de un artefacto llamado trabuco o cañón, que no era más que un pequeño tubo de bambú relleno de carburo de calcio y agua, al que hacían detonar (de ahí el nombre) para anunciar los temas que iban a interpretar a continuación.
Finalmente, ya entrada la década de 1950, los grandes salones sucumben y abren sus puertas a este baile caraqueño, que llegó de la mano de la orquesta de Luis Alfonzo Larrain. El Norte es una quimera de Luis Fragachán, La pelota del Carey de Lorenzo Herrera, Carmen la que contaba dieciséis años y Préstame tu máquina de Balbino García animaron fiestas de matrimonios, quinceañeras, graduaciones y demás jolgorios capitalinos de la época, luego este estilo musical cayó en desuso. No obstante, gracias a la contribución de compositores y músicos de la talla de Carlos Bonnet, Luís Laguna, Pablo Camacaro, Cruz Felipe Iriarte, Otilio Galíndez, César del Avila, Cristóbal Soto, Adelys Freites, Cecilia Todd, Lilia Vera, Simón Díaz, elQuinteto Contrapunto, Ensamble Gurrufío, El Cuarteto, Gualberto Ibarreto, Los Cañoneros y Los Antaños del Stadium, el merengue venezolano ha recobrado su merecido espacio en la escena musical venezolana bajo la métrica de 5/8 la favorita de los músicos y compositores de las últimas décadas.
Los orígenes de la palabra son un tanto llamativas. Para algunas personas, la palabra merengue proviene la palabra francesa “meringue”, un dulce hecho de las claras de huevo batidas y azucar. Sin embargo, esta mezcla se llama suspiro en Venezuela. Hay un vínculo más fuerte con un baile popular de Haití con ese nombre. Otra teoría relaciona es que el nombre proviene de palabras africanas como "muserengue" o "mouringue tamtam".
En Caracas, el término se designa como un merengue rucaneao que es una forma de bailar en la celebración de las parejas y, a menudo con exagerados movimientos de cadera, paso que le sumo una posterior controversia, ya que era considerado por los conservadores de entonces como una manifestación vulgar. Tal vez por lo acaramelado de su nombre, por la impudicia de sus letras o por la forma de bailarlo, que requería ciertos movimientos acentuados de las caderas y un acercamiento muy estrecho de la pareja. El nombre rúcano proviene de una golosina gelatinosa hecha con tuétano de vaca y meladura de azúcar cuajada en forma cónica (papelón).
Los bailes eran pagados en asuntos, con precios muy populares, como "una locha" (12,5 centavos) o "un medio" (25 centavos) en las salas de baile conocidos entonces como mabiles (prostíbulos donde se bailaba y se tomaba). Este ritmo de compás mocho, penetró el gusto de los caraqueños que habitaban en parroquias como San Juan, La Pastora o San José y fue ganando espacios más allá de los ya conocidos mabiles.
El acompañamiento en vivo constó de cuatro instrumentos de solo: trompeta, trombone, saxófono y clarinete e instrumentos de ritmo como el cuatro, bajo y percusión (que, dependiendo del tamaño del conjunto, podría ser tan simple como un guira, la incorporación de maracas e incluso una caja de batería).
Esta forma musical tuvo su mayor auge entre 1920 y 1940,1 gracias a los «cañoneros» como eran conocidos aquellos músicos que sacaron el merengue de esos locales nocturnos y lo llevaron a las plazas y los templetes en épocas de carnaval y otras celebraciones populares, recorriendo las calles acompañados de un artefacto llamado trabuco o cañón, que no era más que un pequeño tubo de bambú relleno de carburo de calcio y agua, al que hacían detonar (de ahí el nombre) para anunciar los temas que iban a interpretar a continuación.
Finalmente, ya entrada la década de 1950, los grandes salones sucumben y abren sus puertas a este baile caraqueño, que llegó de la mano de la orquesta de Luis Alfonzo Larrain. El Norte es una quimera de Luis Fragachán, La pelota del Carey de Lorenzo Herrera, Carmen la que contaba dieciséis años y Préstame tu máquina de Balbino García animaron fiestas de matrimonios, quinceañeras, graduaciones y demás jolgorios capitalinos de la época, luego este estilo musical cayó en desuso. No obstante, gracias a la contribución de compositores y músicos de la talla de Carlos Bonnet, Luís Laguna, Pablo Camacaro, Cruz Felipe Iriarte, Otilio Galíndez, César del Avila, Cristóbal Soto, Adelys Freites, Cecilia Todd, Lilia Vera, Simón Díaz, elQuinteto Contrapunto, Ensamble Gurrufío, El Cuarteto, Gualberto Ibarreto, Los Cañoneros y Los Antaños del Stadium, el merengue venezolano ha recobrado su merecido espacio en la escena musical venezolana bajo la métrica de 5/8 la favorita de los músicos y compositores de las últimas décadas.
El merengue venezolano ya no es para tanto el fenómeno popular que estaba en la década de 1920, pero sigue siendo un baile popular, especialmente en Caracas. Varios grupos de "nostalgia" intentan preservar este genero musical, algunos son: Los Antaños del Stadium, Cañón Contigo, Los Cañoneros, Cuarteto Caraquita. conjuntos modernos que incorporan merengues venezolanos en su repertorio incluyen: Grupo Raíces, El Cuarteto, Beto Valderrama, Henry Rubio, Luis Laguna, Ensamble Gurrufio.
El merengue fue abrazado con entusiasmo por la gran mayoría de los compositores clásicos nacionalistas de Venezuela. La pianista y compositora Teresa Carreño escribió varios merengues, y se incorpora la forma como un intermedio en algunas de sus piezas (por ejemplo, en su artículo titulado Un Bal en rêve). El pianista y compositor Moisés Moleiro también escribió y realizó merengues en su repertorio clásico, al igual que Evencio Castellanos. El aaxofonista y compositor Daniel Milano Mayora escribió un buen número de merengues, tanto para la interpretación popular, así como de solos de piano virtuoso. El guitarrista y compositor Antonio Lauro escribió lo que se cree que es la primera pieza en forma de guitarra clásica en solitario, titulado simplemente Merengue en 1945. Rodrigo Riera compuso su primer merengue para guitarra solista, titulado Merengue Venezolano en la década de 1950. Más tarde, escribió muchos otros merengues. El cantante Jesús Sevillano incluye varios merengues en su repertorio, durante la cumbre de su carrera de cantante.
Músicos formales venezolanos contemporáneos continuar cultivar y preservar la forma. Jhibaro Rodriguez' (Maracay, 1971) arreglo de La Zapoara para guitarra de solo y León Zapata es (Caracas, 1955) la composición tituló El Guaro es ejemplos de Merengues escritos o arreglados en la mitad última del siglo XX.
No hay manera acordada de anotar correctamente la entonación del merengue venezolano. Hay dos campos principales, o escuelas de pensamiento, ninguno de los cuales representa de forma adecuada:
La opción de uso más frecuente es para designar a un ritmo 2/4. La primera mitad de la barra está escrito como un triplete de corchea. La segunda mitad de la barra se escribe como dos corcheas. El swing único en la segunda mitad es lo que da el merengue venezolano, su entonación.
Otro enfoque consiste en anotar el merengue venezolano como 5/8. Esta es la forma que los músicos tradicionales utilizan para preferir que la notación no esté tan ocupada pero se supone la familiaridad con el swing único de merengue venezolano.
Fredy Reyna propuso una tercera manera como método en su cuatro, Alfa Beta Cuatro, el cual consta de una 1/5 barra. Hasta la fecha esta no ha sido amplia Polirritmiamente adoptada.
Independientemente de la notación, la yuxtaposición de 3 contra 2 es un tema muy común que impregna la música venezolana y se encuentra en la mayor parte de sus formas, desde joropo, hasta la gran cantidad de patrones de percusión afro-venezolanos.
El merengue venezolano (también conocido como merengue rucaneao) es una forma musical extendida por todo el Caribe, proveniente principalmente de República Dominicana. Las primeras apariciones de merengue en la impresión en Venezuela son de la segunda mitad del siglo 19. Como manía de la danza, el merengue adquirió popularidad en Caracas en la década de 1920. A pesar de que comparten el mismo nombre, los ritmos tienen muy poco en común, excepto que eran comúnmente escritas para una pareja de baile.
El merengue fue abrazado con entusiasmo por la gran mayoría de los compositores clásicos nacionalistas de Venezuela. La pianista y compositora Teresa Carreño escribió varios merengues, y se incorpora la forma como un intermedio en algunas de sus piezas (por ejemplo, en su artículo titulado Un Bal en rêve). El pianista y compositor Moisés Moleiro también escribió y realizó merengues en su repertorio clásico, al igual que Evencio Castellanos. El aaxofonista y compositor Daniel Milano Mayora escribió un buen número de merengues, tanto para la interpretación popular, así como de solos de piano virtuoso. El guitarrista y compositor Antonio Lauro escribió lo que se cree que es la primera pieza en forma de guitarra clásica en solitario, titulado simplemente Merengue en 1945. Rodrigo Riera compuso su primer merengue para guitarra solista, titulado Merengue Venezolano en la década de 1950. Más tarde, escribió muchos otros merengues. El cantante Jesús Sevillano incluye varios merengues en su repertorio, durante la cumbre de su carrera de cantante.
Músicos formales venezolanos contemporáneos continuar cultivar y preservar la forma. Jhibaro Rodriguez' (Maracay, 1971) arreglo de La Zapoara para guitarra de solo y León Zapata es (Caracas, 1955) la composición tituló El Guaro es ejemplos de Merengues escritos o arreglados en la mitad última del siglo XX.
No hay manera acordada de anotar correctamente la entonación del merengue venezolano. Hay dos campos principales, o escuelas de pensamiento, ninguno de los cuales representa de forma adecuada:
La opción de uso más frecuente es para designar a un ritmo 2/4. La primera mitad de la barra está escrito como un triplete de corchea. La segunda mitad de la barra se escribe como dos corcheas. El swing único en la segunda mitad es lo que da el merengue venezolano, su entonación.
Otro enfoque consiste en anotar el merengue venezolano como 5/8. Esta es la forma que los músicos tradicionales utilizan para preferir que la notación no esté tan ocupada pero se supone la familiaridad con el swing único de merengue venezolano.
Fredy Reyna propuso una tercera manera como método en su cuatro, Alfa Beta Cuatro, el cual consta de una 1/5 barra. Hasta la fecha esta no ha sido amplia Polirritmiamente adoptada.
Independientemente de la notación, la yuxtaposición de 3 contra 2 es un tema muy común que impregna la música venezolana y se encuentra en la mayor parte de sus formas, desde joropo, hasta la gran cantidad de patrones de percusión afro-venezolanos.
Cultura Popular
Adornada con flores hechas de papel, se presentó
la cruz que presidió el acto tradicional del Velorio de la Cruz de Mayo, que se llevó a cabo en el Centro Cultural
Tulio Febres Cordero de la ciudad de Mérida.
El acto de cultura popular fue organizado por la
Unidad de Manifestaciones Tradicionales
de la Fundación para el Desarrollo Cultural del estado Mérida, desde donde se busca rescatar estas expresiones
y fomentar su permanencia en el tiempo y en la memoria colectiva del Merideño.
En esta oportunidad los participantes dieron una muestra
de la tradicional manifestación popular de la cruz de mayo cantando galerones, versos dedicados a la cruz del oriente
del país y escritos por los promeseros.
También Se interpretaron fulias, piezas musicales acompañadas por la mandolina, propias de la región oriental del país ;como también estilos musicales propios del occidente del país.
del país y escritos por los promeseros.
También Se interpretaron fulias, piezas musicales acompañadas por la mandolina, propias de la región oriental del país ;como también estilos musicales propios del occidente del país.
Los
versos y las décimas, cantos acompasados que se interpretan para
venerar la imagen, fueron sumados a las coplas llaneras, que se
interpretaron luego de que la santa imagen fuese cubierta por un velo,
en señal ,de que la fiesta pagana; daba inicio con el sonar de los
tambores y los bailes propios del llano Venezolano.
Material documentado y Autorizado por :
Unidad de Patrimonio Cultural de FUNDECEM.
Unidad de Manifestaciones Tradicionales De FUNDECEM
Unidad de Manifestaciones Tradicionales De FUNDECEM
La Cruz de Mayo
El
Velorio de Cruz de Mayo es una manifestación cultural-religiosa
sembrada en la tradición venezolana desde hace más de 150 años en casi
todo el territorio nacional. En muchas regiones de Venezuela se
conmemoran las tradicionales celebraciones de la Cruz de Mayo todos los
sábados de Mayo en las casas particulares, en las que se preparan
altares especiales para la cruz, en la mayoría de los sectores del país
se acostumbra a vestir la cruz, adornarla, montarla en un altar y
alumbrarla.
El motivo principal
de esta fiesta en Venezuela y en otros países del mundo, es rendir a la
Naturaleza un homenaje por ser en mayo el inicio de la temporada de
cosechas, y se vincula a la naturaleza por el hecho de que empieza la
época de lluvias. La evolución de la costumbre ha llevado a considerarla
como una forma de pedir su protección durante el resto del año. Estas
fiestas van acompañadas de manifestaciones musicales propias de cada
región, como son los galerones, punto y llano, fulías, malagueñas,
romances y tonos. Los instrumentos utilizados son el cuatro, la
mandolina, la guitarra, el tambor cuadrado, las maracas y el acordeón.
Se reparten también bebidas y dulces típicos. La música, los rezos, la
comida y demás elementos varían de acuerdo a la localidad.
Tradicionalmente
se elabora la Cruz con madera, ubicándola siempre en un lugar alto y
visible; pintada de azul o caoba la cual es vestida con papeles de
colores y adornada con flores campestres, tales como rosas, jazmines,
malabares, trinitarias y clavellinas. El altar generalmente es hecho con
una armazón de caña amarga arqueada y muy bien labrada conformando una
especie de nicho forrado con sábanas y adornado con cintas de colores.
En pueblos como
Choroní y Puerto Colombia en el estado Aragua , esta celebración es de
suma importancia y tradición, y tanto el pueblo como los visitantes
participan en una gran fiesta a orillas del malecón y amanecen al ritmo
de los tambores, bailando en honor a la Cruz de Mayo.
El
principal acontecimiento para los pueblos con raíces africanas,
situados a lo largo de la costa central, es la fiesta de San Juan
Bautista, del 23 al 24 de junio. Por ser un amigo especial para los afro
americanos, lo "bautizan", en el mar o algún río, acto que festejan al
son de los tambores y abundante aguardiente (licor fuerte de azúcar de
caña) o ron. La Cruz de Mayo
Rindiendo homenaje a la Cruz
Dice
la tradición, que el estado Miranda tiene el golpe de tambor más fuerte
que cualquier otro sitio, pero no se baila porque es un culto a la
cruz, sin embargo, sí se le canta toda una noche. Por esa razón se le
llamaba velorio, porque el homenaje duraba hasta que las velas se
acabaran, o en ese caso, de la noche hasta el amanecer.
En el año 2014 es declarada la Cruz de Mayo en su Diversidad como Patrimonio Cultural de Venezuela
25-08-2017
Estación Barinitas
Barinitas es la puerta de entrada al Mukumbarí
Teleférico Mukumbarí
El
Teleférico de Mérida, es considerado el teleférico de sistema vaivén
más alto y largo del mundo en su tipo, persigue convertirse en la obra
de infraestructura turística de este tipo más moderna del planeta; cuya
transformación se debe a más de 300 héroes que trabajan en mínimas
temperaturas en las cumbres andinas
bajo visiones ecologistas.
es un ascensor de lujo que da entrada a las más bellas montañas
venezolanas. Paisaje único en el mundo, ya que posee seis unidades
ecológicas que van desde los 1.577 metros sobre el nivel del mar (msnm)
hasta los 4.765 msnm en un recorrido de 12,5 kilómetros
Mukumbarí
significa en voz indígena “lugar donde duerme el sol”. Esta
denominación la daban los primeros habitantes a lo que hoy se conoce
como la imponente Sierra Nevada.
Grupo Estable de la Fundación Para El Desarrollo Cultural del Estado Mérida
Fundecem
día 25-08-2017
Dicha agrupación folclórica
integrada por los promotores culturales y musicos
como también empleados de Fundecem
dio una Muestra de
Dicha agrupación folclórica
integrada por los promotores culturales y musicos
como también empleados de Fundecem
dio una Muestra de
Varias Manifestaciones tradicionales Venezolanas
entre ellas la Zaragoza
durante su visita a Mucumbari.
durante su visita a Mucumbari.
Representación de la fiesta de los zaragozas
la cual se realiza en Sanare Estado Lara
cada 28 De Diciembre
también es celebrada en Guarico.
FIESTA DE LOS ZARAGOZAS
Sanare, Estado Lara
La
fiesta de Los Zaragozas pertenece a esa celebración de amplia
dispersión en los estados andinos conocida como locos y locainas, que,
por alguna razón, en Sanare y Guárico adquirió nombre propio. Se celebra
cada 28 de Diciembre, cuando la Iglesia conmemora el Día de los Santos
Inocentes en recordación de aquel asesinato colectivo de niños, ordenado
por Herodes, la fallida intención de eliminar
el Niño-Dios.
Para
la tradición popular ése es un día de locos y actos disparatados. En su
esencia, esta celebración reúne símbolos opuestos. Por una parte está
la actitud devocional, representada en la misa y el cumplimiento de
promesa según las normas de la Iglesia, junto a ritos populares de rezos
y cantos ante una pintura que muestra aquella cruel matanza relatada en
el Nuevo Testamento; y por la otra, la conducta festiva de los
enmascarados, la música, el baile, los excesos, la alegría, y la
inversión de roles, más bien propios del carnaval.
Este
rito lo repiten en la Iglesia Principal de Nuestra Señora de Santa Ana,
en Barrio Arriba. Allí las parrandas enmascaradas recorrían las calles,
abundaban hombres con trajes y máscaras femeninas que cantaban
canciones obscenas hasta en el atrio de las iglesias. Estos festejos
estuvieron tan cargados de elementos paganos que fueron muy criticados y
perseguidos, especialmente por los líderes de la Iglesia, quienes,
buscando extinguirla, la asimilaron al Día de los Inocentes. Sin
embargo, como lo revela la fiesta de Los Zaragozas, aquellos actos
paganos no desaparecieron sino que se fusionaron con los ritos
religiosos y hoy constituyen una viva expresión de la idiosincrasia
sanareña. Dice el cronista de la ciudad José Anselmo Castillo que: "Allí
ante el altar; quienes aún portaban máscaras se la quitan, se canta La
Salve mientras que el humo del incienso envuelve el espacio ocupado por
el cuadro simbólico
de Los Santos Inocentes.
de Los Santos Inocentes.
En
los inicios estos mamarrachos eran temidos por niños y adultos por las
fechorías que realizaban ese día, invadiendo casas y robando comida y
bebidas de los pobladores.
De
manera que aquí están sincretizados el espíritu y la devoción cristiana
con el derroche carnavalesco y pagano. La explicación parece remontarse
a tiempos medievales europeos cuando se festejaba la fiesta de los
locos en días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo.
En
la actualidad, los preparativos de la fiesta comienzan varios días
antes, con la recolección de dinero entre los lugareños para cubrir los
gastos de la celebración. El día 28, muy de madrugada se congregan los
disfrazados en la casa de la Capitana María Valeria de González. Ella es
la encargada de organizar un altar en un espacio abierto de su casa y
brindarle café a Los Zaragozas, que en ocasiones, como en años pasados,
llegaron a sumar casi 7.000 disfrazados. En la casa de María, se reúnen
además, los músicos y cantadores encabezados por Bernabé Alvarado, quien
es el Capitán Mayor, Severiano Alvarado, Capitán Menor y responsable
del cuadro simbólico de los inocentes y portador de la bandera. Ya con
la luz del día y después de haber entonado La Salve y rezado unas
oraciones frente al improvisado altar -como indicación del rompimiento-
se dirigen todos a la Iglesia de San Isidro para escuchar la primera
misa.
Al
terminar esto, ocurre algo curioso, y es que para poner punto final a
todo, por primera vez los disfrazados que ya no portan la careta sacan a
las mujeres a bailar. A las mujeres les está prohibido disfrazarse. En
el recorrido van todos tras la imagen de los Santos Inocentes, seguidos
por los músicos y más atrás todos los trajeados de zaragozas que se
mueven libremente, mientras marcan con el paso el acento básico de la
música propia de la fiesta. Una vez concluida la misa los enmascarados
se congregan en el exterior frente a la entrada del templo cristiano y
allí bailan cargando a aquellos niños a quienes, según la fe creyente,
los Santos Inocentes les han restablecido de salud, por lo que sus
madres pagan promesa. Miles de visitantes de pueblos vecinos y turistas
se congregan ese día en Sanare para compartir esa fiesta popular.
Posteriormente toda la comitiva recorre las calles del pueblo cantando y
bailando libremente hasta casi finalizada la tarde cuando exhaustos, se
retiran a sus hogares mientras los músicos y algunos disfrazados
regresan al altar de la Capitana María González, de donde partieron,
para formular las últimas oraciones en compañía de algunos creyentes y
así realizar EL ENCIERRO.
Viernes 18-08-2017
Estación La Montaña
25-08-2017
Estación Barinitas
Barinitas es la puerta de entrada al Mukumbarí
Teleférico Mukumbarí
El
Teleférico de Mérida, es considerado el teleférico de sistema vaivén
más alto y largo del mundo en su tipo, persigue convertirse en la obra
de infraestructura turística de este tipo más moderna del planeta; cuya
transformación se debe a más de 300 héroes que trabajan en mínimas
temperaturas en las cumbres andinas
bajo visiones ecologistas.
es un ascensor de lujo que da entrada a las más bellas montañas
venezolanas. Paisaje único en el mundo, ya que posee seis unidades
ecológicas que van desde los 1.577 metros sobre el nivel del mar (msnm)
hasta los 4.765 msnm en un recorrido de 12,5 kilómetros
Mukumbarí
significa en voz indígena “lugar donde duerme el sol”. Esta
denominación la daban los primeros habitantes a lo que hoy se conoce
como la imponente Sierra Nevada.
Grupo Estable de la Fundación Para El Desarrollo Cultural del Estado Mérida
Fundecem
día 25-08-2017
Dicha agrupación folclórica
integrada por los promotores culturales y musicos
como también empleados de Fundecem
dio una Muestra de
Dicha agrupación folclórica
integrada por los promotores culturales y musicos
como también empleados de Fundecem
dio una Muestra de
Varias Manifestaciones tradicionales Venezolanas
entre ellas la Zaragoza
durante su visita a Mucumbari.
durante su visita a Mucumbari.
Representación de la fiesta de los zaragozas
la cual se realiza en Sanare Estado Lara
cada 28 De Diciembre
también es celebrada en Guarico.
FIESTA DE LOS ZARAGOZAS
Sanare, Estado Lara
La
fiesta de Los Zaragozas pertenece a esa celebración de amplia
dispersión en los estados andinos conocida como locos y locainas, que,
por alguna razón, en Sanare y Guárico adquirió nombre propio. Se celebra
cada 28 de Diciembre, cuando la Iglesia conmemora el Día de los Santos
Inocentes en recordación de aquel asesinato colectivo de niños, ordenado
por Herodes, la fallida intención de eliminar
el Niño-Dios.
Para
la tradición popular ése es un día de locos y actos disparatados. En su
esencia, esta celebración reúne símbolos opuestos. Por una parte está
la actitud devocional, representada en la misa y el cumplimiento de
promesa según las normas de la Iglesia, junto a ritos populares de rezos
y cantos ante una pintura que muestra aquella cruel matanza relatada en
el Nuevo Testamento; y por la otra, la conducta festiva de los
enmascarados, la música, el baile, los excesos, la alegría, y la
inversión de roles, más bien propios del carnaval.
Este
rito lo repiten en la Iglesia Principal de Nuestra Señora de Santa Ana,
en Barrio Arriba. Allí las parrandas enmascaradas recorrían las calles,
abundaban hombres con trajes y máscaras femeninas que cantaban
canciones obscenas hasta en el atrio de las iglesias. Estos festejos
estuvieron tan cargados de elementos paganos que fueron muy criticados y
perseguidos, especialmente por los líderes de la Iglesia, quienes,
buscando extinguirla, la asimilaron al Día de los Inocentes. Sin
embargo, como lo revela la fiesta de Los Zaragozas, aquellos actos
paganos no desaparecieron sino que se fusionaron con los ritos
religiosos y hoy constituyen una viva expresión de la idiosincrasia
sanareña. Dice el cronista de la ciudad José Anselmo Castillo que: "Allí
ante el altar; quienes aún portaban máscaras se la quitan, se canta La
Salve mientras que el humo del incienso envuelve el espacio ocupado por
el cuadro simbólico de Los Santos Inocentes.
En
los inicios estos mamarrachos eran temidos por niños y adultos por las
fechorías que realizaban ese día, invadiendo casas y robando comida y
bebidas de los pobladores.
De
manera que aquí están sincretizados el espíritu y la devoción cristiana
con el derroche carnavalesco y pagano. La explicación parece remontarse
a tiempos medievales europeos cuando se festejaba la fiesta de los
locos en días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo.
En
la actualidad, los preparativos de la fiesta comienzan varios días
antes, con la recolección de dinero entre los lugareños para cubrir los
gastos de la celebración. El día 28, muy de madrugada se congregan los
disfrazados en la casa de la Capitana María Valeria de González. Ella es
la encargada de organizar un altar en un espacio abierto de su casa y
brindarle café a Los Zaragozas, que en ocasiones, como en años pasados,
llegaron a sumar casi 7.000 disfrazados. En la casa de María, se reúnen
además, los músicos y cantadores encabezados por Bernabé Alvarado, quien
es el Capitán Mayor, Severiano Alvarado, Capitán Menor y responsable
del cuadro simbólico de los inocentes y portador de la bandera. Ya con
la luz del día y después de haber entonado La Salve y rezado unas
oraciones frente al improvisado altar -como indicación del rompimiento-
se dirigen todos a la Iglesia de San Isidro para escuchar la primera
misa.
Al
terminar esto, ocurre algo curioso, y es que para poner punto final a
todo, por primera vez los disfrazados que ya no portan la careta sacan a
las mujeres a bailar. A las mujeres les está prohibido disfrazarse. En
el recorrido van todos tras la imagen de los Santos Inocentes, seguidos
por los músicos y más atrás todos los trajeados de zaragozas que se
mueven libremente, mientras marcan con el paso el acento básico de la
música propia de la fiesta. Una vez concluida la misa los enmascarados
se congregan en el exterior frente a la entrada del templo cristiano y
allí bailan cargando a aquellos niños a quienes, según la fe creyente,
los Santos Inocentes les han restablecido de salud, por lo que sus
madres pagan promesa. Miles de visitantes de pueblos vecinos y turistas
se congregan ese día en Sanare para compartir esa fiesta popular.
Posteriormente toda la comitiva recorre las calles del pueblo cantando y
bailando libremente hasta casi finalizada la tarde cuando exhaustos, se
retiran a sus hogares mientras los músicos y algunos disfrazados
regresan al altar de la Capitana María González, de donde partieron,
para formular las últimas oraciones en compañía de algunos creyentes y
así realizar EL ENCIERRO.
Viernes 18-08-2017
Estación La Montaña
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